Castillos de arena.

Hoy me paso algo extraño y estoy escribiendo esto exactamente después de que me paso. Es (porque aun es 11 de diciembre) un día precioso, cielo azul, atardecer dorado, nubes dispersas y brisa fresca; decidí como todos los días salir con Emilio al parque un rato pero hoy salimos mas temprano de lo normal.
Como yo soy una persona que nunca esta feliz con nada pues ya estoy cansado de las vacaciones, me fastidian y eso significa que estoy medio triste, medio aburrido y siempre que estoy así tiendo a pensar mucho en todo lo que veo, hago, siento, como, respiro, etc (you get the joke). Pensar en cosas esta como en mi ser, lo hago todo el tiempo y no puedo parar.
Volviendo a la historia de hoy, en el parque hay un arenero y siempre me gusta llevar a Emilio ahí, le fascina la arena, siempre armamos “castillos” (porque la arena esta seca y no endurece), hacemos carreras, llenamos cosas de arena o lo que se nos ocurra.
Cuando llegamos hoy vi la primera cosa que me puso a pensar, una anciana en silla de ruedas estaba tomando el sol pero casi no se movía, no hablaba con las personas que tenia al lado, estaba aburrida, esperando algo y ahí llegamos nosotros a salir corriendo, a meternos en la arena y me pareció triste, me imagine que pasaría si ese fuera mi final. ¿Sentiría envidia?. ¿Rabia?. ¿Tristeza?. ¿Que estaba pensando la señora en ese momento? ¿Sentiría lo que acabo de describir? ¿Le importaríamos en absoluto?
Después de eso mientras llenábamos un balde de arena, una niña llego y nos propuso armar castillos de arena de la forma mas básica posible, armando una montañita y llenarla de arena hasta armar un cono para finalmente decorarlo con palos, hojas o lo que fuere. En fin, cuando terminamos nuestros castillos vi que los de los niños (Emilio y la niña) eran mas pequeños pero tenían mas decoración, eran mas trabajados; en contraposición el mío era el mas grande pero solo tenia una rama en el centro y no se, me preocupe, pensé en si ese era mi legado, pensé en que en una hora podrían estar todos destruidos así como le memoria colectiva de Federico Chaves puede ser destruida un mes después de que muera o 300 años después. Mientras terminaba mi castillo en el atardecer de hoy pensé en cual seria mi ultimo atardecer, en la señora, en el castillo, en la brisa tan suave y tranquila que teníamos, en lo feliz que era jugando con Emilio???
Después de eso Emilio piso mi castillo por error, se río de mi y fuimos a comprar onces.
No se nada.
Fin.

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